Existen diferentes tipos de test antiCOVID, que varían en su funcionamiento y fiabilidad. Sin ellos no se podría conocer el número de infectados, ni en términos generales ni mucho menos de forma precisa. Gracias a su uso es posible que las autoridades y las personas de a pie tomen decisiones adecuadas. A continuación te mostraremos los diferentes tipos y cuál es su principal utilidad.
Diferentes test para la detección de la COVID-19
Test PCR
La PCR es, probablemente, la prueba más conocida. Las siglas vienen del inglés y significan polymerase chain reaction, o reacción en cadena de la polimerasa. Este sistema aprovecha las reacciones químicas que se producen en las células para dar un resultado. Así se detecta la existencia de restos del patógeno: en concreto el ARN del SARS-CoV-2.
Es la más fiable y sensible de las tres, y lleva utilizándose desde los años 80 para detectar todo tipo de patógenos. Se toman muestras en el tracto respiratorio del paciente o la garganta, y detecta la presencia del virus con un 90 % de probabilidades de acierto. No importa que la persona a la que se le realiza tenga o no síntomas: el virus será detectado.
En la actualidad, es la prueba estándar que usan las autoridades médicas, pero no es perfecta. Su principal desventaja es que se tarda entre tres y cinco horas en conseguir los resultados. Asimismo, se necesita personal especializado para realizar la prueba.
Test serológico
En esta prueba se busca la presencia en la sangre de anticuerpos (IgM e IgG) resultado de la lucha contra el virus. Esto sería muestra de la respuesta natural del sistema inmunológico. En la fase inicial del contagio no detecta el virus, al menos durante los siete primeros días; tampoco arroja luz sobre si la persona que se sometió a la prueba es asintomática. No obstante, gracias a ella se puede estimar cuánta población está contagiada.
Hay dos tipos de test serológico: el cuantitativo y el cualitativo. En el primer caso se realiza un enzimoinmunoanálisis de alta sensibilidad. Con esta prueba descubrirás la presencia de anticuerpos en la sangre tras la respuesta inmune al virus; es un análisis específico y con una alta sensibilidad. El cualitativo, por su parte, utiliza un inmunoensayo de flujo lateral en muestras de sangre enteras. De esta forma se detecta la presencia de anticuerpos, pero con una menor sensibilidad que en la técnica cuantitativa.
Test rápidos de antígenos
Emiten un diagnóstico rápido a través del análisis de una muestra de sangre. Consiguen identificar la proteína que porta el virus, los resultados son inmediatos y funcionan de forma similar a como lo haría una prueba de embarazo. No obstante, pese a su velocidad, sus resultados no son tan precisos como los de una PCR y su sensibilidad también es inferior.
Así pues, se utilizan para complementar otras pruebas, ya que su velocidad permite realizar un seguimiento de los pacientes. Tampoco son capaces de detectar el ARN del virus, pero sí revelan la presencia de anticuerpos producidos por la respuesta del organismo, aunque sin llegar a cuantificarlos. Son pruebas sencillas y baratas, que funcionan con muestras respiratorias de la faringe o de las fosas nasales, y que se obtienen de forma similar a como se haría en una PCR.
¿Cuándo y por qué hacerse una prueba?
La principal razón para que te hagas una de estas pruebas es saber si estás contagiado o no. Así podrás tomar las decisiones adecuadas para superarlo y evitar que se expanda a otras personas de tu entorno. Ten en cuenta que existe la posibilidad de haber contraído el virus pero no desarrollar síntoma alguno. Además, en función del estado de la infección, tendrás que someterte a una prueba o la otra.
Durante los primeros días es recomendable recurrir a una PCR y, según avance la infección, lo ideal es pasar un test serológico. Con esta última podrás conocer si tu cuerpo ha generado anticuerpos y, por tanto, has logrado la inmunidad contra el virus. Sin embargo, procura repetir la prueba serológica pasadas unas semanas para constatar que aún estás produciendo esa respuesta inmunitaria. Esto es muy importante, ya que de ese modo se podrá estimar cuánto tiempo dura la inmunidad en un cuerpo humano.
En definitiva, los tipos de test antiCOVID son vitales para conocer la evolución de la enfermedad y establecer las medidas adecuadas. Cada uno de ellos ofrece una fiabilidad y unas características que, sin duda, merece la pena conocer.